Pensamos que cuidarnos puede ser chequear nuestro organismo, periódicamente. Y es así, en parte...
Porque cuidarse, también es amarse, es poder reencontrarnos con la naturaleza femenina, con la capacidad de cobijar y guiar desde la ternura y el amor, a nuestras familias.
En la difícil tarea de salir adelante en el mundo moderno, y de ganar, por qué no, un lugar profesional, muchas mujeres dejamos en segundo plano, la misión emocional y espiritual de nuestros hogares.
Cuidarse es tener hábitos saludables, hacernos un tiempo para nosotras (sin culpa), encontrar un equilibrio entre nuestras obligaciones y ese pequeño pero tan importante espacio para un abrazo, una caricia, una sonrisa, un momento genuino, sin urgencia, sin cansancio... verdadero. Y cuando luego esos espacios se multiplican y se suman a nuestros hijos y/o parejas, familiares, amigos y otros amigos... seguramente todas las noticias sobre nuestra salud serán buenas. Y las noticias de los exámenes de control serán motivo de festejo.